
“Todos los pasos que estamos dando significan un gran desafío y una gran responsabilidad”, dijo como frase principal Horacio Rodríguez Larreta en la conferencia de prensa que dio en el día ayer en la sede del gobierno en el barrio de Parque Patricios.
Allí dio inicio, luego del video grabado por el Presidente de la Nación Alberto Fernández y difundido por la red social Twitter, a una nueva fase de la cuarentena, que se extenderá hasta el próximo 20 de septiembre, justo un día antes de la llegada de la primavera y todo lo que ello supone en cuanto a las medidas preventivas que se deberán tomar a los efectos del control por los festejos del Día de la Primavera en el espacio público.
Entonces en la ciudad se mantiene el aislamiento social, preventivo y obligatorio, pero… ¿hasta dónde se sostiene el respeto a la medida cuando se liberan más las actividades y se abre la posibilidad del encuentro al aire libre y en los locales gastronómicos habilitados a tal fin?
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se ampara en dos cuestiones -para su juicio- centrales.
- El nivel de casos positivos. Aquí Larreta dijo que si se toman siete días móviles como referencia, “el promedio sigue siendo de 1.100 casos”, y explicó que “la ocupación de camas de terapia intensiva está estabilizada en un 60%”. Pero podemos hacer una salvedad para poner en duda la cifra: si tomamos los últimos siete días consecutivos el promedio arroja otro resultado: 1.282 casos positivos de promedio; es decir que la curva en su pico no está tan estable como dijo el principal mandatario porteño, sino que la misma viene en aumento por casi doscientos casos más diarios que los declarados oficialmente ante la opinión pública.
- El plan integral y gradual de puesta en marcha de la ciudad. Sobre el tema, Larreta dio dos anuncios importantes: la posibilidad que los locales gastronómicos con habilitación vigente puedan atender con mesas al aire libre y el regreso del sector de la construcción. En torno a lo primero declaró que “cada local va a tener que presentar una propuesta de distribución de mesas para que se mantenga la distancia” y en cuanto a lo segundo manifestó: “se empezará con las obras más grandes, mayores a 5 mil metros cuadrados, o aquellas que están a 90 días o menos de terminar”. Todo el planteo del plan está basado en un argumento que no es tan técnico sino necesariamente político: “En forma graduada y muy cuidada se están recuperando las libertades que la pandemia ha restringido”. Pero… ¿Recuperamos la libertad o la mantuvimos a salvo haciendo todos los cuidados sanitarios necesarios y respetando los protocolos y las medidas prevención para evitar el contagio y la propagación del virus COVID-19?
Al menos es para pensar.

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