
Cada viernes y sábado de julio, el Festival Internacional de Almagro ofrece espectáculos de circo gratuitos en la Plaza Mayor.
En el marco del Festival Internacional de Almagro, las noches de los viernes y sábados tienen un protagonista indiscutible: el circo. La Plaza Mayor se convierte en escenario al aire libre para una serie de espectáculos gratuitos que convocan a vecinos y visitantes de toda la provincia, dispuestos a disfrutar de acrobacias, malabares y humor bajo el cielo de julio.
La propuesta se repite cada semana, con una compañía distinta en escena. Este 11 y 12 de julio fue el turno de Ardatzak, de la compañía Zirkozaurre. Su espectáculo conecta pasado y presente a través de una metáfora sencilla y potente: al igual que los diábolos, necesitamos girar para mantener el equilibrio. La puesta combina destreza física, ritmo y poesía visual, invitando a reflexionar sobre el movimiento como vínculo con la memoria.
La Plaza Mayor, con su arquitectura histórica y su amplitud, ofrece el marco perfecto para esta experiencia. Bajo la luz de los focos y rodeados por el público, los artistas despliegan un lenguaje que no necesita traducción: el de la risa, la sorpresa y el asombro. Familias, grupos de amigos y turistas se mezclan en las gradas improvisadas, aplaudiendo cada pirueta y cada juego malabar.
El ciclo de circo dentro del festival se ha convertido en una de las actividades más esperadas por el público. Su acceso libre y su horario (siempre a las 21 horas) permiten que la cita se consolide como un punto de encuentro comunitario, donde el arte sale al encuentro de la gente y no al revés.
La programación continúa el próximo fin de semana, 18 y 19 de julio, con Lullaby, un espectáculo que promete nuevas emociones y una mirada propia sobre el universo circense. Finalmente, el 25 y 26 de julio cerrará la serie Llar, poniendo el broche final a un mes de propuestas que combinan técnica, creatividad y cercanía.
El Festival Internacional de Almagro, conocido mundialmente por su dedicación al teatro clásico, ha incorporado en los últimos años una apuesta firme por el circo contemporáneo. Este gesto amplía el alcance del evento y abre espacio a disciplinas que, aunque distintas en forma, comparten con el teatro el arte de contar historias.
Así, cada noche de circo en la Plaza Mayor es más que un espectáculo: es una celebración del encuentro y la diversidad artística. Los malabares, las acrobacias y la comicidad conviven con momentos de contemplación y metáforas visuales, recordando que el equilibrio, en el arte y en la vida, requiere movimiento constante.