lunes, octubre 20

Ocho chicos heridos por un inflable

El hecho ocurrió en una escuela sobre la calle Don Bosco. El SAME trasladó a los menores al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Lo que debía ser una jornada de celebración terminó en una escena de tensión e incertidumbre en pleno barrio de Almagro. Ocho niños resultaron heridos luego de que un inflable instalado en el patio de una escuela colapsara de forma repentina mientras jugaban encima. El hecho sucedió en un establecimiento ubicado sobre la calle Don Bosco al 4200 y provocó la rápida intervención del SAME, que trasladó a los menores al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Según lo informado por el noticiero Mediodía Noticias, el incidente ocurrió durante una actividad escolar en la que los alumnos participaban de juegos recreativos. El inflable, una estructura común en celebraciones infantiles, se pinchó de manera imprevista, provocando el desplome del material sobre los cuerpos de los chicos. La lona, al perder presión, se vino abajo de golpe, dejando a varios de ellos atrapados, asustados y con lesiones de diversa consideración. “Una situación desesperante para los padres que recibieron la llamada y que en la puerta del colegio se encontraron con estas ambulancias”, expresó el periodista Luis Otero al presentar la noticia.

La escena fue registrada por testigos que se encontraban en la puerta de la institución educativa. En las imágenes se ve el despliegue del SAME, personal de la Policía de la Ciudad y equipos de emergencia que ingresaban y salían del edificio, mientras padres y madres aguardaban noticias de sus hijos con visible angustia. Algunos llegaron corriendo, alertados por mensajes de WhatsApp, otros recibieron directamente el llamado de la institución. Lo cierto es que la preocupación fue inmediata: una actividad que debía ser segura se había transformado en un riesgo inesperado.

El cronista del canal detalló que los chicos “quedaron atrapados porque imagínense que se les caen esas lonas encima. Se asustaron lógicamente y, por prevención, las autoridades de la escuela llamaron al SAME”. Según el testimonio periodístico, los profesionales de salud llegaron rápidamente, asistieron a los menores, los inmovilizaron y los trasladaron al Hospital de Niños para realizarles estudios de control. La información oficial hasta el momento indica que los heridos se encuentran fuera de peligro y que fueron atendidos por contusiones y golpes leves, aunque el susto y la experiencia quedarán en la memoria de más de una familia.

Desde la escuela, al ser consultados por los medios, optaron por no emitir declaraciones y mantuvieron un hermetismo total. Según indicó el noticiero, la institución decidió no brindar ningún comunicado hasta tanto se determine si existió o no negligencia por parte de los responsables de la instalación del juego inflable. “Todo esto, obviamente, es materia de investigación y habrá que ver si esto se podría haber evitado o no”, explicó el cronista.

La situación abrió varios interrogantes sobre los controles y medidas de seguridad que deben cumplirse en este tipo de actividades escolares. Si bien es común que los colegios organicen jornadas lúdicas con inflables, peloteros u otros elementos de entretenimiento, la calidad de los materiales, su instalación y la supervisión técnica muchas veces queda en manos de empresas tercerizadas. Por eso, lo sucedido en Almagro reaviva el debate sobre la regulación de estos servicios y la responsabilidad institucional en garantizar entornos seguros.

El operativo despertó inquietud entre los vecinos y vecinas de la zona, que observaron con preocupación la presencia de ambulancias y móviles en la puerta del colegio. A través de redes sociales y grupos barriales, se difundió rápidamente que se trataba de un accidente ocurrido durante una actividad escolar, lo que generó conmoción entre quienes tienen hijos o hijas en edad escolar.

Por el momento, no trascendieron los nombres de los alumnos involucrados ni se confirmó si alguno permanece internado. La investigación sobre el origen del desperfecto técnico en el inflable sigue abierta. Tampoco se ha identificado públicamente a la empresa proveedora del juego, ni si contaba con la habilitación correspondiente.

Mientras tanto, la comunidad educativa espera respuestas. Las familias afectadas buscan saber qué falló, y otras tantas comienzan a mirar con más atención la planificación de los eventos escolares. Porque cuando se trata del cuidado de las infancias, no hay margen para el azar.

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