
Vecinos y especialistas advierten sobre el aumento de roedores en calles y comercios porteños y analizan las causas de su proliferación.
En distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires se observa un aumento en la presencia de ratas a plena luz del día, un signo de que la población de estos roedores crece más de lo habitual. Empresas de control de plagas reciben consultas constantes y alertan sobre la expansión de este problema, que afecta tanto a vecinos como a comerciantes.
Según la empresa Antiplaga Norte, los barrios más críticos incluyen Palermo, Colegiales, Once, Caballito, San Telmo y Barracas. Gonzalo Fariña, responsable de la firma, señala que la combinación de alta densidad de locales gastronómicos, acumulación de residuos y espacios con poca limpieza favorece la proliferación de los roedores. Por su parte, la empresa El Rey de las Fumigaciones coincide en que Palermo, Flores y el Centro concentran la mayor cantidad de consultas, mientras que Vámonos Pest también destaca Palermo como un barrio con alta presencia de roedores. La coincidencia entre las distintas empresas refuerza la percepción de que la Ciudad enfrenta un problema extendido, aunque la intensidad varía según la zona.
Olga Suárez, directora del laboratorio de Ecología de Roedores Urbanos de la UBA, explica que la Ciudad convive principalmente con tres especies: la rata de tejado (Rattus rattus), que se desplaza entre cables y techos; la rata noruega (Rattus norvegicus), más grande y habitual en alcantarillas y sótanos; y el ratón doméstico (Mus domésticus), frecuente en el interior de viviendas. Durante el invierno, estas especies buscan calor en cocinas, hornallas, heladeras y estufas, y locales gastronómicos que manejan harinas y trigo, como pizzerías y cervecerías, se convierten en lugares ideales para instalarse.
Los especialistas coinciden en que la causa principal del crecimiento poblacional está vinculada a la gestión de residuos. Fariña señala: “Si los roedores se ven de día, es porque la población es muy alta o no encuentran suficiente comida o refugio en otros lugares”. Suárez añade que los ambientes con desorden y agua estancada funcionan como focos potenciales, y que la cantidad de ratas depende directamente de los recursos que ofrece la actividad humana.
El Gobierno de la Ciudad afirma que mantiene un plan permanente de control de plagas en espacios públicos y verdes, que incluye diagnóstico, medidas preventivas y control químico. Entre enero y mayo de 2025 se realizaron 50.879 operativos de desratización, mientras que en 2024 fueron 94.135, un incremento del 25% respecto de los 75.000 de 2023. Sin embargo, algunos vecinos advierten que las acciones estatales no siempre alcanzan a cubrir la magnitud del problema, y reclaman mayor presencia en plazas, veredas y alrededores de comercios.
Frente a esta situación, los especialistas recomiendan una respuesta integral que combine higiene urbana, control de residuos y conciencia comunitaria. La colaboración entre vecinos, comerciantes y autoridades, sumada a campañas de educación sobre manejo de basura y prevención, se vuelve clave para reducir la población de roedores y minimizar riesgos sanitarios en la Ciudad.