lunes, octubre 20

El nombre de la Comuna 5, otra vez en discusión

Una nueva votación digital organizada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para elegir el nombre de la Comuna 5 generó malestar entre vecinos y organizaciones barriales. Es que en 2018, luego de un proceso participativo oficial, se había definido por amplia mayoría que el nombre de la comuna sería “Almagro – Boedo”. Hoy, muchos se preguntan por qué volver a votar lo que ya se decidió colectivamente.

Este viernes 6 de diciembre, a través de la Dirección General de Participación Ciudadana y Cercanía, el GCBA lanzó una campaña bajo el título “Votá para elegir el nombre de la Comuna 5”. El mensaje llegó por mail a vecinos de Almagro y Boedo: “Te invitamos a participar de la votación para definir el nombre de la Comuna 5 conformada por Almagro y Boedo. La opción más elegida será sometida a una consulta popular en 2025”. La iniciativa busca, según se explica en la misma convocatoria, “reflejar la identidad local, fortalecer el sentido de pertenencia y fomentar la democracia participativa”.

Pero desde el Consejo Consultivo Comunal 5, una asamblea integrada por vecinas, vecinos e instituciones locales, señalaron que ese objetivo ya se había cumplido en 2018, cuando se llevó adelante un proceso participativo legítimo y avalado por la Junta Comunal de entonces. En aquel momento, tras una convocatoria abierta a toda la comunidad, se decidió que el nombre de la comuna sería “Almagro – Boedo”, opción que obtuvo el 80% de los votos.

A fines de octubre de este año, la Secretaría Administrativa del Consejo Consultivo difundió un comunicado en el que reafirma su posición: “El nombre ‘Almagro – Boedo’ debe ser la única alternativa para enviar a Consulta Popular en 2025, respetando la voluntad popular del proceso democrático de 2018, que fue formalizado por la Junta Comunal 5 de entonces. No aceptamos que la actual Junta Comunal intente deslegitimar ese documento para satisfacer otros intereses”.

En la misma línea, la asamblea del Consejo Consultivo, reunida el 28 de septiembre, votó una declaración de repudio hacia la actitud de algunos miembros de la actual Junta Comunal, a quienes acusan de intentar reabrir una discusión ya saldada. “Denunciamos que, en 2024, algunos juntistas, en un acto arrogante de democracia representativa, proponen confrontar el nombre elegido con nuevas propuestas diseñadas por ellos mismos”, expresaron.

También recordaron que el proceso original contó con la participación de redes culturales, organizaciones barriales, instituciones educativas y las Juntas de Estudios Históricos de ambos barrios. Todo el procedimiento fue documentado y respaldado por actas oficiales. Según señalan, el compromiso de someter el nombre elegido a una consulta popular quedó plasmado en un acta, pero nunca se concretó. “No se hizo en 2019 ni en los años posteriores, por desidia, inacción o alguna otra intención. Durante este tiempo, las excusas dilatorias fueron mutando inadmisiblemente: desde promesas incumplidas hasta interpretaciones inexactas de la ley”.

La Ley 1777, que rige la organización comunal de la Ciudad, establece en su artículo 6 que los ciudadanos pueden definir el nombre de su comuna. Para el Consejo Consultivo, ese derecho ya fue ejercido. “Todo consta en las actas publicadas en Transparencia Activa y en la documentación del Consejo. No hace falta volver a votar, hace falta cumplir lo votado”.

En medio del contrapunto, la pregunta sigue flotando en el aire: si el nombre ya fue elegido por los vecinos, ¿por qué volver a empezar?

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