sábado, abril 20

“La pandemia inició una precarización de la cultura y no se la apoya”

En el marco del “Ciclo Noche 2021”, se presenta online desde la sala del barrio de Boedo, Timbre 4, la performance audiovisual “Prefiero ser una cyborg que una diosa”. La obra estará disponible hasta el viernes 2 de abril a las diez de la noche con la modalidad de gorra virtual. Hablamos con Mijal Katzowicz su directora, productora e interprete.

Tintas de Boedo: ¿De qué se trata la obra?

Mijal Katzowicz: Es una obra perfomática audiovisual que realizamos durante el 2020. Es producto de una investigación que continuamos y es una primera aproximación a la Teoría Cyborg que trabaja Donna Haraway en su “Manifiesto Cyborg”, en el que ella propone otro tipo de organismos cibernéticos, híbridos entre máquinas, cuerpos, humanos, animales, plantas. Organismos acoplados con otros seres vivientes y la posibilidad de unas fusiones ilegitimas que no tengan que ver con hechos dominantes.

TdB: ¿Cómo fue la realización de esta perfomance audividual?

MK: Es un trabajo pandémico, ya que lo realizamos en mi casa. Trabajamos con lo que teníamos en el momento en mi casa y en mi terraza. Todo el material es de mi casa y de las posibilidades que tenía, entonces es un recorrido visual, sonoro, de este cuerpo que se fusiona con estos paisajes, con la arquitectura de la ciudad y la arquitectura de mi casa, hubo un trabajo de mapping especifico en el living de la casa  y sobre esa arquitectura se trabajó el recorrido de este cuerpo. El trabajo tiene una impronta sonora muy específica, hubo un trabajo muy particular con el compositor que también se encargó del trabajo de las visuales. Hubo un diseño sonoro en constante comunicación con el cuerpo y el paisaje. Es un experimento, una primera aproximación. La obra tiene que ver con algo de pensar de un lugar de desterritorializacion, de situar al cuerpo como parte del territorio del paisaje, algo de eso fue un poco el germen del trabajo, además de pensar un cuerpo sin género y esa posibilidad de poder visualizar un cuerpo que es parte de otros territorios. Y como una casa se puede desterritorializar y reterritorializar en infinitos puntos de fuga.

TdB: ¿Cómo es la recepción del público hacia este experimento audiovisual?

MK: Hemos tenido buenas recepciones ya que no corresponde a relatos lineales o conocidos. Hay personas que le cuesta mucho lo virtual. Este trabajo fue hecho específicamente para ser visto en pantalla, para ser escuchado con auriculares. Hubo un pensamiento cinematográfico, con los pocos recursos que teníamos, para su producción. Hubo un pensamiento de cómo la cámara recorre la pared, cómo recorre el cuerpo, el trabajo fue siempre pensar en fragmentos que es lo que propone la Teoría Cyborg. Fue una muy grata experiencia y seguimos teniendo buenas recepciones.

TdB: ¿Cómo ves la situación actual de los espacios culturales?

MK: Estamos atravesando una emergencia cultural, la pandemia inició una precarización y un estado de indefensa que tenemos les trabajadores de la cultura, este año se agudizó más esta crisis. Lamentablemente el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no acompaña y no apoya la cultura, está muy complicada la situación de la falta de trabajo y de acompañamiento, es absoluta la falta de consideración. Hay mucha incertidumbre, en el circuito independiente, es todo muy frágil pero ni en el circuito oficial las propuestas de trabajo son dignas. Se aprovechan del hambre de los artistas para hacer propuestas precarizadoras. Pero bueno acá estamos resistiendo y reconfigurándonos. Es importante mantener la unión entre les artistas y colaborar entre nosotros.