viernes, julio 5

Volver a bailar en la placita

TdB conversó con Rosa María Yusek, profesora de folclore del Centro de Jubilados y Pensionados Vivir Mejor del barrio de Boedo. Volvió con sus clases en la Plaza Boedo, con el DISPO y toda la prevención necesaria por la COVID-19.

Rosa María es profesora de danza recibida en el profesorado IDAF (Instituto de Arte Folclórico) y tuvo su formación en el reconocido Conservatorio Fracassi. Había dejado por un tiempo la docencia y hace poco que retomó la actividad que más le gusta hacer: las danzas folclóricas.

Ella dice que lo hace por amor al arte como quien dice y recuerda lo sucedido hace dos años atrás: “Un día pasé por el Centro de Jubilados Vivir Mejor, y pregunté si hacían falta profesores de folclore, y me dijeron que sí. Así comencé, al margen que estaba dando clases en mi casa”, comenzó la charla Yusek.

“Este año alcancé a dar un par de clases antes de la pandemia. Después el espacio estuvo cerrado y no hubo ningún tipo de actividad. No se pudo implementar la modalidad de clases virtuales porque los concurrentes al espacio es toda gente grande que no está muy al tanto”, explicó Yusek a TdB.

Ante los meses de inactividad, Rosa María nos confesó que ella sí bailaba sola en su casa, como para sacarse el gustito.

Zapateando en la placita

A partir de las aperturas graduales para actividades deportivas y culturales en los espacio públicos abiertos, el Centro de Jubilados y Pensionados Vivir Mejor empezó a proyectar la vuelta de las clases de folclore en la placita de Boedo, con Rosa María a la cabeza.

“Al principio recibí la noticia con un poco de miedo, de encontrarme con mucha gente, pero uno pone sus condiciones y los alumnos las respetan”, aclaró Rosa María. También nos contó que algunos alumnos no se animan todavía, y otro le dicen que se van felices porque pudieron bailar.

La mayoría de sus alumnos y alumnas son de la Comuna N° 5 y de otros lugares cercanos a los barrios de Boedo y Almagro.

“La gente busca actividades al aire libre donde no haya tanta gente. Quienes están en la plaza, escuchan la música y se arriman, incluso recibimos aplausos, casi como un espectáculo”, dijo Rosa entre sonrisas.

Al mencionar los recaudos que están tomando cuando se juntan a bailar, la profesora mencionó: “Usamos barbijos, mantenemos la distancia, no nos tomamos de las manos. No se hacen valseados, sueltos sí. No se comparte nada, cada uno trae su agua. Terminamos de bailar y cada uno se vuelve a su casa”.

“Estoy feliz de haber podido volver a bailar. El baile alegra el corazón y el alma, más en este tiempo que nos toca vivir”. Por último, la profesora dijo que las clases duran dos horas y que la cita es en la Plaza Mariano Boedo, de la calle Estados Unidos al 3.000, todos los jueves a partir de las 17:30 horas.