
El 14 de marzo a las 19:30 horas a través del Facebook Live de la “Red Cultura Boedo” tuvo lugar el encuentro denominado “+Igualdad +Derechos, Violencia Nunca” con motivo de un nuevo #8M, Día Internacional de la Mujer.
La actividad fue moderada por Claudia Beatriz Sanzone, psicóloga, artista visual y directora de “Puesto 86 de Arte” (proyecto cultural que lleva más de diez años en el barrio de Boedo).
El encentro tuvo como puntapié la situación actual de violencia contra la mujer. Desde Naciones Unidas se celebró el enorme esfuerzo realizado por mujeres y niñas durante la pandemia, pero también se habló de las deficiencias que aún persisten. Una de ellas es que durante el aislamiento social obligatorio se produjo un aumento de la violencia sobre mujeres y niñas en los hogares, no solo en nuestro país sino en todo el mundo. En Argentina las denuncias por violencia de género se incrementaron durante la cuarentena en un 39%.
Las invitadas del encuentro fueron Monique Altschul (Directora de la Fundación de Mujeres en Igualdad); Ana Cristina Prassolo y María Eugenia Otero (Psicólogas Sociales de la Escuela Psicología Social Pichon Riviere); el colectivo artístico “Cuerpos Desobedientes” (dedicado a la memoria de aquellas mujeres que fueron víctimas de femicidios y a las que cotidianamente son violentadas, integrado por Adriana Gaspar, Valeria Zabala y Mey Meroño); y la artista visual Gabriela Giménez Lamberta.
El encuentro comenzó mostrando la obra de “Cuerpos Desobedientes” de la cual surgen dos frases que resuenan: “La casa como manifestación de una cárcel de violencia cotidiana” y “dejar de ver nublado”. Adriana -una de sus integrantes- comentó que la obra surgió de uno de los talleres que hicieron, es un cadáver exquisito y se eligió como obra que fue emplazada en el Hospital Durand.
“Un cadáver exquisito puede ser visual o con palabras, es algo colectivo, uno escribe una palabra en un papel, lo cierra se la pasa a otro, el otro escribe una palabra y cuando se abre tiene un conjunto de palabras que forma una poesía, se trata de una técnica surrealista” explicó Valeria Zabala.
Luego se mostró la obra de Gabriela Giménez Lamberta, se trata de maquetas de tres temas que la conmueven y que son el abuso infantil, el feminicidio y el tráfico y explotación de todas las maneras posibles de la mujer.
“En la investigación que realice traté de separar la violencia por las tradiciones que son patrones culturales que hoy por hoy están en lo más candente de la situación, investigué el abuso de mujeres indígenas, el esquema patriarcal, la violencia y abuso de la mujer y la religión de por medio, los matrimonios forzados el matrimonio infantil de niñas obligadas a casarse con mayores”, contó Gabriela, y como conclusión afirmó que “para cambiar esas tradiciones nos va a llevar muchas generaciones, creo que el arte puede llegar a modificar este tipo de cuestiones”.
A continuación tomó la palabra Monique Altschul y comentó que desde la Fundación de Mujeres en Igualdad trabajan en diversos proyectos sobre la violencia y la trata. Destacó que a pesar del trabajo intenso que se realiza tanto el Ministerio de la Mujer y de la sociedad civil lo que se consigue es muy poco, entonces se preguntó al auditorio virtual: ¿Qué falta? Para Monique “falta la articulación entre gestión del estado y territorialidad”.
Para finalizar se trasmitió un video de la Escuela Psicología Social Pichon Riviere y luego participaron algunas de sus integrantes.
“Nos preguntamos cómo seguir, ¿qué más hace falta? Seguir haciendo es el camino, desde Escuela de Psicología Social acompañamos a las mujeres en la lucha de sus derechos desde el primer encuentro nacional de mujeres en 1986. Como escuela participamos de diferentes formas, con charlas, talleres, seminarios sobre todo abriendo espacios en todo el AMBA, son espacios de encuentro para pensar que no pasa en nuestra vida cotidiana y reflexionar por qué nos pasa”, reflexionó Ana Cristina Prassolo en su intervención.
Asimismo, afirmó que el aislamiento de la mujer sucede desde antes de la pandemia y recordó el lema “la mujer es mejor en la casa que en la calle”. Remarcó que la situación no es nueva y que es este aislamiento el que se debe romper.
Por su parte, Eugenia Otero resaltó que muchas mujeres se encueran en situaciones cotidianas de violencia que no perciben porque están naturalizadas. En ese sentido, tomando la frase de “Cuerpos Desobedientes”, Eugenia expresó que hay que “dejar de ver nublado, por ejemplo llorar por la violencia sufrida, y poder reconocer relaciones en las que estamos inmersas sin naturalizarlo, eso también dejar de ver nublado y empezar a ver claro”.
Para que las mujeres “dejen de ver nublado” deben producirse más de estos encuentros de debate que nos allanan el camino a fin de poder desnaturalizar la violencia en todas sus formas, percibirla y correrse de ella para gozar libremente de nuestros derechos.

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