lunes, octubre 20

Una casa que late en Boedo

San Lorenzo reinauguró la Casa Social y del Vitalicio, un espacio que vuelve a abrir sus puertas con instalaciones renovadas, propuestas culturales y un fuerte compromiso comunitario.

San Lorenzo de Almagro volvió a dar un paso significativo en su histórica impronta social con la reinauguración de la Casa Social y del Vitalicio, un espacio emblemático ubicado en el corazón de Boedo, entre las calles Inclán y Muñiz.

El lugar, que durante los últimos años se consolidó como punto de encuentro, asistencia y acompañamiento para vecinos y vecinas en situación de vulnerabilidad, reabre ahora sus puertas con instalaciones renovadas, una agenda ampliada y un espíritu que conjuga tradición y futuro.

El acto de reapertura no fue un mero corte de cinta: fue, en muchos sentidos, una celebración colectiva. Autoridades de la institución, referentes de la vida cultural y literaria, socios y socias del club, vecinos y vecinas del barrio se dieron cita para recuperar un espacio que trasciende la dimensión deportiva y que reafirma el vínculo entre San Lorenzo y la comunidad.

Uno de los momentos más significativos de la jornada estuvo marcado por la presentación del libro “Soriano, una historia”, de Ángel Berlanga, una obra que repasa la figura del inolvidable Osvaldo “Gordo” Soriano. La presencia de Juan Sasturain, director de la Biblioteca Nacional, y de Horacio Convertini, escritor y periodista de raíces azulgranas, reforzó la idea de que el club también es un actor cultural de primera línea.

En el plano institucional, la ceremonia contó con la participación del presidente del club, Horacio Arreceygor, y de la secretaria de actas, Karina Lefevre, responsable además de CASLA Social.

También, estuvo presente Federico Tirelli, director del Oratorio San Antonio y candidato a vicepresidente por la agrupación “Por Amor a San Lorenzo” en las elecciones previstas para fin de año. Todos coincidieron en destacar que la Casa Social y del Vitalicio simboliza lo mejor del club: un lugar de contención, de acompañamiento y de encuentro.

El espacio se ha destacado históricamente por su fuerte compromiso comunitario. Allí se brinda apoyo a personas en situación de calle, así como a niñas, niños y adolescentes que atraviesan problemáticas de violencia familiar o de consumo problemático de sustancias.

Durante la pandemia, cuando la crisis social se profundizó, la Casa cumplió un rol esencial: ofreció contención alimentaria, talleres, espacios recreativos y un sostén emocional indispensable. La reapertura, en este sentido, representa el inicio de una nueva etapa, donde la experiencia acumulada servirá como base para reforzar y ampliar esas tareas.

La renovación del espacio llega acompañada de nuevas propuestas. Entre ellas se destaca la incorporación de la Biblioteca Popular Osvaldo Soriano, un espacio de lectura, consulta y recreación abierto a la comunidad.

También, funcionará allí la Subcomisión de Deportes de Mente y la Casa del Ajedrez, iniciativas que apuntan a promover la participación en actividades culturales y cognitivas. Asimismo, se proyecta el desarrollo de talleres y programas recreativos destinados a los vecinos y vecinas, consolidando al lugar como un verdadero polo de integración barrial.

Desde el club recuerdan que estas acciones no son nuevas, sino que se inscriben en una tradición centenaria. San Lorenzo nació como institución social mucho antes de ser un gigante deportivo, cuando el Padre Lorenzo Massa abrió las puertas del Oratorio San Antonio a los jóvenes de Boedo. Ese gesto inicial marcó un rumbo que sigue vigente: la convicción de que un club puede y debe ser un espacio de inclusión, solidaridad y vida comunitaria.

La reapertura fue celebrada por quienes participaron del acto y también por quienes, a lo largo de los años, han encontrado en la Casa Social y del Vitalicio un lugar de apoyo y pertenencia. Los testimonios recogidos durante la jornada destacaron la importancia de contar con un espacio abierto, plural y solidario en el barrio.

Un lugar donde se cruzan generaciones, donde la memoria de figuras emblemáticas como Soriano se combina con la energía de los más jóvenes y donde la identidad azulgrana se expande más allá de la cancha.

Con esta reinauguración, San Lorenzo reafirma el lazo con sus raíces y con su historia, pero al mismo tiempo proyecta un futuro donde la misión social ocupa un lugar central. Porque la Casa Social y del Vitalicio es, en definitiva, una casa que late en Boedo, abierta a la comunidad y comprometida con su gente.

Foto: San Lorenzo de Almagro.