Durante noviembre, Melina Rigoni presentó su muestra fotográfica “Una foto, un recuerdo” en la sede de la Comuna N° 5. Conversamos con la artista sobre la exposición que homenajeó al barrio de Almagro.
Tintas de Boedo: ¿Cómo surgió la posibilidad de exponer en la sede comunal?
Melina Rigoni: La muestra en sí surgió para el concurso Barrios Creativos, organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el año 2018. En ese entonces, nos juntamos con representantes de distintos espacios culturales de Almagro y elevamos una propuesta artística barrial. Nuestra propuesta no ganó y fue elegida la de Villa Crespo, pero de todas formar eligieron dos proyectos para subvencionar de los que habíamos presentado para Almagro. Uno de ellos era mi propuesta de homenaje al barrio a través de fotos. Pero vino la pandemia y no se pudo hacer la muestra, entonces, armé un blog e hice una exposición virtual (se puede ver en https://homenajealmagro.blogspot.com/). Hace unos meses surgió la propuesta del comunero Hernán Gorretta de llevar las fotos en papel y exhibirlas en la sede comunal. Y eso hicimos en noviembre.
TdB: ¿Cómo fue el trabajo que hiciste para armar esta muestra?
MR: Hice una investigación sobre el barrio y, a partir de ahí, realicé un recorte parcial y arbitrario para fotografiar. Lamentablemente, quedaron muchos lugares importantes afuera. Me dejé llevar mucho por el afecto que le tengo a Almagro y en base a eso seleccioné lo que me parecía que muestra toda la riqueza histórica que tiene este barrio. Viví muchos años en Almagro y me encontré con un crisol hermoso. En el barrio conviven personas de distintas nacionalidades, lo que enriquece mucho a la zona, sumado a toda la belleza histórica que todavía conserva. Porque, a pesar de estar cerca del centro geográfico de la Ciudad, Almagro mantiene el aspecto de un barrio, las calles bajas, las veredas arboladas. Todas estas cosas me parecieron fascinantes junto con toda la vida social y cultural que tiene Almagro en conjunto con Boedo.
TdB: ¿Cómo fueron tus inicios con la fotografía?
MR: Estoy vinculada a la fotografía desde muy pequeña porque mi papá tenía amigos fotógrafos que por circunstancias de la vida dejaban sus trabajos en casa. Yo me la pasaba mirando libros hasta que uno de los amigos de mi papá me prestó una cámara Leica, una marca rusa de los años ´70 y ahí empecé a sacar mis primeras fotos blanco y negro. Ya en la adolescencia me pude comprar una cámara propia y sacaba fotos por todos lados, en una época que no todos sacaban fotos por el tema de los costos de los rollos y de revelar el material.
TdB: ¿En qué lugares sacás o sacaste fotos?
MR: Soy maestra y psicóloga y tuve la suerte de que en mis trabajos por distintas circunstancias pude sacar fotos. Por ejemplo, en un hogar de niños en situación de extrema vulnerabilidad donde trabajé, hacía las fotos de los cumpleaños. Esto era muy importante porque estos niños no tenían ninguna imagen propia, llegaban al hogar con lo puesto. Entonces, yo les sacaba fotos y después cuando egresaban les armábamos un álbum y se los entregábamos. Todos sabemos lo importante que es tener fotos que registren nuestra vida, en particular nuestra infancia. Después, trabajé en un hogar de madres adolescentes y también saqué fotos para mostrar el aspecto vincular entre esas mamás y sus hijos. Ellas también lo valoraban muchísimo porque no tenían acceso, ni la posibilidad de tener registro en la era pre digital. Y, actualmente, trabajo en una escuela de niños ciegos y registré los actos y las fotos escolares. Hasta que llegué a la escuela no se tomaban fotos, así que con una compañera lo empezamos a hacer. También se hizo una muestra de esas fotos que se llamó “La infancia menos pensada”, con fotos donde quisimos mostrar todo lo que los niños ciegos son capaces de hacer.
Ph: Melina Rigoni.
Redactor de www.tintasdeboedo.com.ar