jueves, abril 25

Personajes mágicos en un mundo sensorial

El pasado sábado 18 de septiembre, María Pérez Campi, actriz y docente de teatro, estrenó “El latido de la caverna”, su primer obra como dramaturga en el Teatro Animal de nuestro barrio de Boedo en la Comuna N° 5.

Además de la dramaturgia, también es una de las actrices junto con Lucía Adúriz y Constanza Simioni; entre las tres crean este universo mágico, colorido y femenino.

Las funciones serán los viernes 1° y 15 de octubre a las 20 horas en este espacio cultural sito en la calle Castro 561. Asimismo, todos los viernes del mes de noviembre a las 20.30 horas estarán en La Maza Teatro de Maza 908, también en Boedo.

TdB entrevistó a sus protagonistas, para abrir las puertas de este universo sensorial de la caverna.

Cuenta su dramaturga, María Pérez Campi, que el proyecto fue gestado inicialmente entre amigas, y que en su proceso hubo muchos cambios debido a los imprevistos de la pandemia, que lejos de perjudicar, potenciaron la obra.

“Somos nosotras tres y Nica Camba como asistente y sostén en todas las áreas. La dramaturgia y la dirección fueron supervisadas por Ignacio Bartolone, fue muy importante contar con su mirada, y su guía en esta primera pieza. Nos dio mucha confianza y contención tenerlo a él aportando toda su creatividad, generosidad y experiencia, para hacer que el material explote”, destacó María a este medio digital.

La obra refleja en tono absurdo y caricaturesco, un encuentro de dos mundos: uno del orden más “mágico”, fantástico; y otro del orden más “real”.

Una cueva en el medio de un bosque donde viven una bruja y su engendro asistente reciben la visita de una persona que viene de la ciudad en busca de ayuda.

“Habla del universo de lo femenino, la creatividad en el sentido de creación, de dar vida, elementos como la cueva, el deseo, la luna, el juego, el latir, el desborde, el delirio, y transversalmente cuestionar ciertas imposiciones sociales”, contó Pérez Campi ante la consulta de Tintas de Boedo.

En este sentido, Constanza Simioni agregó que los extraños personajes expresan una mirada crítica hacia algunos paradigmas de nuestra sociedad.

La obra teatral “reivindica y se mete de lleno en usos del imaginario, en temperaturas, tamaños, bordes y estallidos teatrales a los que el teatro estaba acostumbrado a ir hace un tiempo y por diversas razones dejo de visitar”, dijo por su parte Lucía Adúriz.

“La obra reivindica esos espacios donde el teatro se puede poner estallado, desopilante, corrosivo, donde la crítica aparece de una manera inteligente a través del humor, pero en los dispositivos en los que el humor produce pensamiento de manera poderosa y no moralista”, insistió Adúriz durante la entrevista.

Para Constanza Simioni esta obra “significó volver a sentir la potencia del teatro, uno de los sectores más desfavorecidos en esta pandemia. Pero hay algo claro, el teatro late fuerte dentro de nosotros y es condición necesaria para nuestra existencia. Le otorga sentido y nos permite habitar otras realidades”.

“Mi personaje es Matanza, quien es la voz mandante en esta cueva. Ponerme en sus zapatos equivale a jugar distintos roles, y actuar en función de las necesidades que van surgiendo. Cualquier parecido con la realidad, no es pura coincidencia”, planteó Constanza a este medio digital.

“La alegría de poder salir a escena juntas después de todo lo vivido y de ver un montón de espacios cerrar durante la pandemia, poder volver a la escena independiente y a esta sala de Boedo, nos da mucha felicidad”, finalizó María la conversación.

Tanto su dramaturga como sus actrices invitan al público a ser parte del mundo de la caverna, donde encontraremos personajes mágicos, construidos desde el amor y la pasión por el teatro, que nos permitirán latir en conjunto dentro su misterioso y desopilante universo.