
A fines de junio se realizó la reapertura del Centro de Jubilados y Pensionados Luna de Boedo. Más de cien personas participaron del festejo. Susana González, presidenta del centro, nos cuenta sobre el regreso, las emociones que les dejó y lo que se viene.
El pasado 20 de junio fue un día de festejo para Boedo y no sólo por ser el Día de la Bandera. Es que en esa misma jornada se llevó a cabo la reapertura del Centro de Jubilados y Pensionados Luna de Boedo, ubicado en Treinta y Tres Orientales 1150.
Con una gran lentejeada, números artísticos y más de cien personas presentes, se realizó este gran festejo por la vuelta de un espacio entrañable e importante para la vida del barrio.
Susana González, presidenta del centro, nos cuenta sus sensaciones.
Tintas de Boedo: ¿Desde hace cuánto tiempo Luna de Boedo es parte de la vida del barrio?
Susana González: Nuestro centro Luna de Boedo se creó en agosto de 2009 y, desde entonces, hicimos muchas actividades como peluquería, podología, tango, talleres literarios. A partir del 2017, el centro también comenzó a trabajar junto al Comedor Comunitario Athos Mariani, donde colaboramos fuertemente ante la demanda de la gente y la necesidad de alimentos. Fue un trabajo solidario y con mucho compromiso. Posteriormente, llegó la pandemia y en ese momento nos cuidamos y tuvimos que permanecer en nuestras casas. Pero ahora, con la posibilidad que nos dan las vacunas, nos volvimos a encontrar y estamos volviendo a pensar y a repensarnos en esta situación, en donde tanto encierro nos mantuvo inactivos.
TdB: ¿Cómo fue la reapertura?
SG: Decidimos reabrir Luna de Boedo el Día de la Bandera. Así que también festejamos nuestra reapertura en nuestro querido barrio de Boedo. Más de cien personas vinieron. Laconvocatoria fue amplia y hubo una gran respuesta. Hicimos una lentejeada, donde cada uno traía la bebida que quería tomar. Las mesas se llenaron, la gente se puso a hablar y se hicieron varios números artísticos. Hubo tango y folklore. Además, un grupo de jubilados que son visitadores médicos estuvieron cantando.Ellos formaban en su momento un coro y decidieron volver a cantar para nuestra reapertura. También hicimos sorteos y más.
TdB: ¿Cómo definirías a Luna de Boedo?
SG: Es un lugar de puertas abiertas al barrio, en donde pretendemos que vuelva a existir esta participación que antes teníamos las personas mayores. Buscamos pensar en el otro y en reconstruir ese tejido social de escuchar y escucharnos, de pensar todos juntos y de compartir. Ésta es nuestra idea principalmente, porque nos necesitamos, necesitamos un espacio donde expresarnos, donde nos reconozcan. Cada uno tuvo distintas historias en la vida y esas distintas historias merecen ser puestas en valor. Pero sólo cobran vida cuando las compartimos en conjunto y pensamos en el otro. Nuestro principal objetivo es la participación, la solidaridad, estar orientados hacia transformar realidades, y también un poco darnos la libertad de hacer lo que nos gusta.
TdB: ¿Creés que la sociedad les da un espacio a las personas mayores?
SG: Creo que hay lugares en donde se puede participar, como los centros de jubilados, pero hay otros lugares en donde realmente no somos visibilizados. Tenemos que pensar una ciudad en donde se nos reconozca. Tener a las personas mayores en consideración. Por ejemplo, muchas veces no hay rampas, el transporte tiene que ser accesible para todos. Así que nosotros estamos en ese camino, en que nos visibilicen, nos escuchen, y que escuchen nuestras necesidades, que las plazas sean también pensadas para nosotros. Hay plazas que son de cemento, con asientos duros y ningún espacio donde te puedas reunir con gente de tu edad. Si hay algo que tiene esta edad, y después de la pandemia sobre todo, es que realmente sentimos que tenemos muchas ganas de hablar, de escucharnos, de ser escuchados y tenemos propuestas. Pensamos en hacer un taller literario y de cuentos y para ir a las escuelas más cercanas y contarles cuentos o historias de vida a los chicos más chicos. Que sepan cómo vivimos, cómo era nuestra época, cómo jugábamos.
TdB: ¿Cómo sentís que fue el regreso de las personas mayores al espacio post pandemia?
SG: Nos encontramos con una realidad totalmente diferente. Antes, venir al centro era como un lugar de encuentro. Todo el mundo estaba con una sonrisa. Esta vuelta fue con mucho temor, con mucho cuidado. Muchas preguntas de qué va a pasar ahora, cómo nos reencontramos, cómo nos vemos, y se sumaron todas las vicisitudes que muchos pasamos en esta etapa, con pérdidas, angustias, depresiones. Por eso el festejo de la reapertura sirvió de mucho porque ahí hubo mucha alegría, hubo sonrisas, hubo baile y se compartió mucho. Pudimos volver a reencontrarnos con esa propia alegría que uno tiene metida en el corazón. Fue un reencuentro muy alegre. Reabrir el centro nos devolvió la sonrisa y creo que le robamos sonrisas a muchos de los que estuvieron presentes.
TdB: ¿Qué objetivos tienen para lo que queda del año?
SG: El objetivo es fundamentalmente el de la solidaridad, compartir, el escuchar al otro, el escucharnos entre todos, el de pensar entre todos qué hacer. Por supuesto, ya tenemos algunas actividades pensadas que se realizarán a partir de la segunda semana de julio. Vamos a tener taller literario, talleres de yoga y de eutonía, en donde se trabaja con la energía corporal. Nos viene muy bien porque nos va a movilizar bastante. También, vamos a hacer un taller de títeres y, además, una vez al mes vamos a tener un taller de cine-debate con cortos, para poder, justamente, debatir qué es lo que sentimos frente a las imágenes que muestra cada uno. También, va a haber tango y folklore, vamos a cantar y bailar. Por supuesto que vendrán otras historias que iremos construyendo, que serán paseos, que serán viajes y lo importante es que vamos a trabajar con distintos grupos del barrio que por la pandemia han perdido sus lugares de reunión. Entonces, con la mayor calidez vamos a ofrecer el lugar para que puedan continuar reuniéndose. Todas esas cosas son lo más importante.
Redactor de www.tintasdeboedo.com.ar