
Casi sin restricciones es la escuela que se viene en la Ciudad de Buenos Aires. El gobierno porteño busca acercarse a la normalidad de la pre-pandemia por lo que redujo aislamientos y eliminó las burbujas para el nuevo ciclo lectivo.
“No hay más protocolos. Podemos volver a la escuela que conocíamos”, fue la gran frase de Soledad Acuña, ministra de Educación porteña, que abrió el debate en la Ciudad de Buenos Aires. Es que, junto al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, anunció la quita del aislamiento por contactos estrechos y la aplicación de burbujas en las escuelas para el nuevo ciclo lectivo que comienza.
“Todos los espacios de interacción van a ser libres. Antes, toda la burbuja quedaba sin ir a la escuela. Ahora, sólo se tiene que aislar el chico o el adulto que da positivo”, planteó Larreta, quien agregó que “lo más importante es que nadie va a perder días de clase”.
Al mismo tiempo, el nuevo protocolo establece que las escuelas vuelven al horario común de entrada y ya no se tomará la temperatura al ingreso.
Además, ya no se solicitará el pase sanitario y sólo tendrán que usar el barbijo los y las estudiantes a partir de cuarto grado pero sólo en lugares cerrados. Por otro lado, se dejarán de utilizar las marcas de sentido de circulación en las escuelas para lograr mayor fluidez en la actividad diaria.
Durante el anuncio, Acuña también remarcó que “vamos a eliminar la palabra protocolo de las escuelas” y señaló que “no hay más palabras raras. No hay más burbujas”.
La ministra hizo hincapié en que “esa normalidad significa que (los y las estudiantes) pueden entrar como entraron siempre, junto a sus hermanitos y sus compañeros; que no les van a tomar la temperatura en la entrada; que van a poder tener recreos compartidos; se van a sentar con sus compañeros”.
Para este nuevo ciclo lectivo, el gobierno porteño busca llegar a los 192 días de clase presenciales. De esta manera, se superaría en 12 días lo que indica el calendario obligatorio (el mismo marca 180 días). Según el jefe de Gobierno, la medida se sostiene en que se redujo el promedio de contagios y en que la tasa de contagiosidad (el R) pasó de 1 a 0,84.
A su vez, remarcaron que la vacunación es cada vez mayor (en particular en los docentes, donde el 93 por ciento tiene dos dosis y el 65 por ciento ya tiene tres.
Además, en los estudiantes, el 78 por ciento de 12 a 17 años tiene dos dosis, y de 3 a 11 años el porcentaje es 54 por ciento y la ocupación de camas de terapia intensiva continúa en nivel bajo.
Larreta, en ese sentido, expresó que es necesario que las escuelas vuelvan a la normalidad y, en un tono crítico con el gobierno nacional, sostuvo que “estuvimos muchos meses sin presencialidad, fue muy duro y con consecuencias. Todas estas razones nos llevaron a dar en su momento una lucha enorme junto a toda la comunidad”.
El 21 de febrero es el día señalado para la vuelta a clases en la Ciudad para alumnos y alumnas de primaria y el 2 de marzo para los de secundaria. Asimismo, los y las docentes tuvieron su retorno el 7 de febrero con las jornadas de formación masivas, presenciales y obligatorias.
Estas nuevas medidas respecto a los protocolos en la escuela generaron polémica y opiniones a favor y en contra. Entre las voces de la oposición, fue Alberto Sileoni, Director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, quien tuvo la respuesta más enérgica: “CABA divulgó antes una decisión que ya está tomada desde hace tiempo”. Además, Sileoni subrayó que “el principio para 2022 es ir por la presencialidad plena, cuidada y con vacunas”.
Se espera que el Consejo Federal de Salud (Cofesa) y el Consejo Federal de Educación (CFE), en su encuentro de febrero, establezcan menores restricciones en la vuelta a clases para todo el país.
Ph: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Redactor de www.tintasdeboedo.com.ar