miércoles, octubre 9

La epidemia sin fin

Este año el dengue se hizo sentir en la Ciudad de Buenos Aires y se espera que llegue una ola polar para que disminuya la cantidad de mosquitos. Conversamos con la bióloga Yamila Bechara para conocer cómo cuidarnos en medio de esta situación.

Tintas de Boedo: ¿Cómo tenemos que cuidarnos en este momento?

Yamila Bechara: A esta altura del año y de la epidemia lo que nos termina salvando, en temporadas de brote como esta, es la llegada de un invierno bien frío para que mueran los mosquitos adultos. Mientras tanto tenemos que evitar la picadura del mosquito, principalmente con repelentes. Y después, hay que evitar que se generen criaderos en las casas, como sucede con las plantas en agua. También, es bueno colocar tela mosquitera en las rejillas. 

TdB: ¿Cómo ves la situación de la epidemia en la Ciudad de Buenos Aires?

YB: Estamos ante una situación bastante complicada. Es la primera vez que pasa esto en el país. Nunca hubo la cantidad de casos que hay hoy en día. Nosotros no tomamos los recaudos y le damos todo lo que necesita al mosquito para reproducirse, lo que provoca que la situación no mejore. Estamos esperando que una buena ola de frío empiece a cortar la transmisión. Como el invierno pasado no fue tan frío y este año hubo muchas lluvias estamos con altas abundancias del aedes aegypti. 

TdB: ¿Hay que fumigar a esta altura de la epidemia?

YB: En la Ciudad de Buenos Aires muy poca gente quiere fumigar. En las casas de personas con dengue seguimos encontrando criaderos, plantas en agua, macetas. La fumigación está indicada, en particular, en los casos en que hay que bajar la cantidad de mosquitos adultos circulando porque hay muchos casos de dengue en la zona. El problema es que, igualmente, hay muchos lugares a donde no llegamos a fumigar, como los tanques de agua elevados o las canaletas de los techos de las casas, que son criaderos crípticos, donde los mosquitos se van refugiando.

TdB: ¿Ante cuáles síntomas hay que preocuparse?

YB: Los síntomas son muy parecidos a los de una gripe muy fuerte, pero sin síntomas respiratorios. Hay fiebre muy alta, dolor corporal. También, puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor de ojos o de cabeza. Es importante consultar al médico cuando empiezan a aparecer estos síntomas.